ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática Shwetlena Sabarwal, Sergio Venegas Marin, Marla Spivack, y Diego Ambasz © 2024 International Bank for Reconstruction and Development/The World Bank 1818 H Street NW Washington DC 20433 Telephone: 202-473-1000 Internet: www.worldbank.org This work is a product of the staff of The World Bank with external contributions. The findings, interpretations, and conclusions expressed in this work do not necessarily reflect the views of The World Bank, its Board of Executive Directors, or the governments they represent. The World Bank does not guarantee the accuracy, completeness, or currency of the data included in this work and does not assume responsibility for any errors, omissions, or discrepancies in the information, or liability with respect to the use of or failure to use the information, methods, processes, or conclusions set forth. 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ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática Shwetlena Sabarwal, Sergio Venegas Marin, Marla Spivack, y Diego Ambasz AGOSTO 2024 Agradecimientos La elaboración de este informe no habría sido posible sin el generoso apoyo de colegas y colaboradores. Agradecemos especialmente a Luis Benveniste, director global, y a Halil Dundar, gerente de práctica del Departamento de Práctica Global de Educación del Banco Mundial, por su excelente liderazgo y orientación. Este informe se conceptualizó bajo la dirección de Mamta Murthi, vicepresidenta de Desarrollo Humano, y Jaime Saavedra, director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe. También contó con la orientación de Harry Patrinos, asesor sénior del Departamento de Práctica Global de Educación, Dena Ringold, directora de Estrategia y Operaciones de Desarrollo Humano, y Norbert Schady, economista en jefe de Desarrollo Humano. Este trabajo se ha beneficiado enormemente de las numerosas contribuciones de Anshuman Gupta, Surayya Masood, Lara Schwarz, Devika Singh, Sai Sri Ram Komala Sribhashyam (S. K.), coautores de distintos capítulos. Damilola T. Kadiri, Lucy Kruske, Farhad Panahov y Claudia Zavaleta prestaron una extraordinaria asistencia a la investigación. Sinae Lee y Divyanshi Wadhwa proporcionaron un importante apoyo en la visualización de datos. Deborah Spindelman dirigió el trabajo cualitativo. Los autores también agradecen a Rajiv Agarwal, Natasha Ahuja, Noam Angrist, Sharnic Djaker, Ian Marfleet y Apoorva R. Neelapu por sus valiosas aportaciones. Los jefes de los equipos de trabajo del Banco Mundial en treinta y tres países prestaron su apoyo a las encuestas realizadas a los responsables de formular políticas. También contamos con las reflexiones de Raïssa Malu, ministra de Estado de Educación Nacional y Nueva Ciudadanía de la República Democrática del Congo. El informe recibió considerables comentarios y sugerencias de expertos evaluadores, como Najy Benhassine, director a cargo de las operaciones del Banco Mundial en Pakistán; Jo Bourne, directora técnica en jefe de la Alianza Mundial para la Educación; Amit Dar, director de Estrategia y Operaciones para la Oficina Regional de África Oriental; Jaime Saavedra, director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe; y Jennifer Sara, directora global del Grupo sobre Cambio Climático. Los autores agradecen también los valiosos comentarios de los colegas del Banco Mundial: Cristian Aedo, Syud A. Ahmed, Juan Baron, Anna Boni, Xiaonan Cao, Wendy Cunningham, Pedro Cerdan-Infantes, Gabriel Demombynes, Salina Giri, Laura Gregory, James Gresham, Maddalena Honorati, Aleksan Hovhannisyan, Keiko Inoue, Julia Liberman, Craig Meisner, Harry E. Moroz, Meskerem Mulatu, Monica Y. Pagans, Halsey Rogers, Penny Williams y Andres Yi Chang. También recibimos útiles comentarios de Alejandro Ganimian. Lauren Brodksy y Bruce Ross Larsen aportaron excelentes observaciones sobre la comunicación. Nicole Hamam diseñó la publicación, lo que incluye el arte de la portada. 2 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática Aspectos destacados Principales conclusiones 1. La educación es un instrumento poderoso que no se utiliza lo suficiente para la acción climática. Canalizar más financiamiento climático hacia la educación podría impulsar de forma significativa la mitigación del cambio climático y la adaptación a sus efectos. En este informe, se muestra cómo hacerlo. • La educación es la principal variable predictiva de sensibilización sobre el cambio climático. Puede desempeñar una función catalizadora en la mitigación y adaptación climáticas mediante la reconfiguración de la mentalidad, los comportamientos, las habilidades y la innovación. • Sin embargo, la educación se omite en gran medida en el financiamiento relacionado con el clima: en 2021, solo el 1,5 % de este tipo de financiamiento se destinó al sector educativo1. 2. La escolaridad y el aprendizaje, en especial para la población más pobre, corren un riesgo considerable a causa del cambio climático. Los sistemas educativos deben adaptarse a un clima cambiante. En este informe, se muestra cómo los países pueden hacer esto. • Los países perdieron un promedio de 11 días de instrucción al año (el 6 % de un año académico) en las instituciones escolares afectadas por el cierre de escuelas derivado del cambio climático. No obstante, los efectos fueron muy desiguales: los países de ingreso bajo perdieron aproximadamente 18 días al año (el 10 % de un año académico) en las escuelas afectadas, mientras que los países de ingreso alto solo perdieron 2,4 días. Si no se recupera, esta escolaridad perdida se traducirá en grandes déficits de aprendizaje para los niños de los países de ingreso bajo. Por ejemplo, se tarda unos 18 días en enseñar a un estudiante a sumar números de dos cifras con números de una o dos cifras, con arrastre (en el supuesto de una pedagogía bien diseñada y estructurada)2. • Incluso cuando las escuelas están abiertas, los estudiantes pierden aprendizaje debido al cambio climático. Un estudiante promedio del 50 % más pobre de los municipios brasileños podría perder hasta 0,5 años de aprendizaje en general debido al aumento de las temperaturas. • Los Gobiernos pueden actuar ahora para adaptar las escuelas al cambio climático de forma eficaz en función de los costos. Un programa de medidas de adaptación de bajo costo para los sistemas educativos costaría unos USD 18,51 por estudiante. Los programas más eficaces pero costosos oscilan entre los USD 45,68 y los USD 101,97 por estudiante. Todos estos programas incluyen soluciones para el control de la temperatura, la resiliencia de la infraestructura, el aprendizaje a distancia durante el cierre de las escuelas y la capacitación de los docentes. Los dos primeros componentes ayudarán a reducir la probabilidad de cierres de escuelas derivados del cambio climático y los cuatro componentes ayudarán a minimizar las pérdidas de aprendizaje vinculadas con el clima. Los costos serían menores para los sistemas que ya cuentan con algunos elementos establecidos. Como referencia, los países de ingreso bajo gastan un promedio de USD 51,80 por estudiante al año, mientras que los países de ingreso alto gastan USD 8400 por estudiante al año3. ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 3 La historia en números 3. La acción climática sigue siendo lenta. Prácticamente el 79 % de los jóvenes de 8 países de ingreso bajo y mediano consideran que su país se encuentra en una situación de emergencia climática. 4. Esto se debe, en parte, a la falta de información o a la información engañosa, en estos tres sentidos: • Falta de información sobre la sensibilización climática, en especial entre las personas mayores. Los hábitos domésticos son responsables del 72 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial4. No obstante, la sensibilización sobre el cambio climático solo alcanza el 65 % en los países de ingreso bajo y mediano5. • Falta de información sobre cómo actuar para mitigar el cambio climático y cómo adaptarse a él. La falta de información sobre la adaptación es especialmente problemática para los jóvenes de los países de ingreso bajo y mediano. Esto se debe a que los efectos más graves del cambio climático se producirán en estos países, que albergan al 85 % de los niños del mundo, aunque hayan contribuido muy poco a las emisiones de carbono6. Por ejemplo, los 10 países de mayor riesgo con respecto al cambio climático emiten en conjunto solo el 0,5 % de las emisiones globales7. • Información errónea. Cerca del 47 % de los docentes de educación secundaria de Bangladesh y el 41 % de los docentes del mismo nivel de Uganda consideran que los medios de comunicación exageran la información sobre el cambio climático. 5. La acción climática también es lenta debido a la falta de habilidades. Las transiciones verdes a nivel global requerirán trabajadores calificados para cubrir aproximadamente 100 millones de nuevos empleos, trabajadores con competencias mejoradas para la mayoría de los puestos de trabajo existentes y trabajadores con competencias nuevas para otros 78 millones de empleos que desaparecerán8. Sin embargo, estas habilidades están ausentes. 6. Los jóvenes están realmente decididos a actuar, pero sienten que no tienen las capacidades que necesitan para hacerlo. Aunque alrededor del 88 % de los estudiantes de educación secundaria de Bangladesh desean actuar contra el cambio climático, solo el 32 % pudo responder correctamente a una pregunta básica sobre los gases de efecto invernadero. 7. La educación, sobre todo en las escuelas, puede cubrir la falta de información e impulsar a gran escala los comportamientos a favor del clima. • En un análisis global, la educación es la variable predictiva más importante de la sensibilización sobre el cambio climático9. Un año adicional de educación aumenta la sensibilización sobre el clima en un 8,6 %, según datos provenientes de 96 países. Estos impactos son mayores en los lugares donde la calidad de la educación es mejor10. • La educación reviste especial importancia para el cambio de los comportamientos relacionados con la adaptación al cambio climático en los países de ingreso bajo y mediano. Las personas con niveles educativos más altos muestran una mayor preparación y capacidad de respuesta frente a desastres, experimentan menos efectos adversos y se recuperan con mayor rapidez11. 8. La educación puede contribuir a la acción climática hoy, no solo en el futuro. En India, las actividades de divulgación relacionadas con el clima que se dirigen a los niños no solo aumentaron su comportamiento a favor del clima, sino también el de sus padres en cerca de un 13 %. Los padres son mucho más receptivos a los mensajes sobre el clima cuando están dirigidos a sus hijos o se transmiten a través de ellos12. 4 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática 9. La educación, en especial en los niveles secundario superior y terciario, puede generar competencias verdes a escala para impulsar de forma masiva las transiciones verdes. Estas competencias son cada vez más cruciales. Alrededor del 65 % de los jóvenes de 8 países de ingreso bajo y mediano consideran que, sin competencias verdes, su empleabilidad futura está en riesgo. 10. La educación escolar puede aprovecharse mucho mejor para la acción climática por tres motivos principales. • Las escasas competencias básicas. Se calcula que, en todo el mundo, el 70 % de los niños de 10 años no alcanza el nivel mínimo de alfabetización13. • La falta de educación sobre el clima en los planes de estudios ya sobrecargados. Alrededor del 65 % de los jóvenes de 8 países de ingreso bajo y mediano consideran que no aprendieron lo suficiente sobre el cambio climático en la escuela. • Los docentes abordan temas climáticos en el aula, pero carecen de la formación necesaria para hacerlo con precisión o eficacia. Cerca del 87 % de los docentes de 6 países de ingreso bajo y mediano afirmaron que incluyen temas climáticos en sus clases. Sin embargo, casi el 71 % respondió de manera incorrecta al menos a una pregunta básica relacionada con el clima. 11. Los responsables de formular políticas pueden ayudar a las escuelas a hacer mucho más por el clima si se concentran en los fundamentos, incorporan planes de estudios prácticos y pertinentes sobre el clima, y fortalecen la capacidad de los docentes. • Estos son dos principios clave para hacerlo: i) introducir los temas climáticos desde el inicio, pero sin desplazar el aprendizaje básico; en su lugar, utilizar los temas climáticos para enseñar las competencias básicas, y ii) consultar a los docentes, lo que resulta esencial para adecuar el plan de estudios existente con el fin de incluir al clima. • Los docentes tienen opiniones muy divergentes sobre el modo exacto de introducir el clima en los planes de estudios. En 8 países de ingreso bajo y mediano, alrededor del 45 % de los docentes considera que el clima debe ser una asignatura independiente y el resto opina que debe incorporarse en las asignaturas existentes. 12. La educación terciaria sigue sin utilizarse lo suficiente para el desarrollo de competencias verdes. Esto se debe, en parte, a las ideas erróneas que prevalecen sobre la naturaleza de las competencias verdes. En 8 países de ingreso bajo y mediano, casi el 54 % de los jóvenes cree erróneamente que las competencias verdes solo se obtienen con un título de maestría. Alrededor del 73 % tiene la idea equivocada de que es imposible acceder a un empleo verde si no se poseen aptitudes en materia de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM). 13. Existen cuatro datos sobre las competencias verdes que los responsables de formular políticas y los estudiantes deben comprender: • Las competencias verdes son amplias. Incluyen las aptitudes técnicas, en STEM, y las específicas del sector. Sin embargo, también incluyen las habilidades no técnicas, socioemocionales e intersectoriales. En Egipto, India y Kenya, menos de la mitad de las ofertas de empleo verde publicadas en Internet requerían aptitudes en materia de STEM. • Cualquier empleo y sector puede ser más verde con el conjunto adecuado de habilidades. En Brasil, un promedio del 25 % de las habilidades requeridas para los empleos en el sector de servicios de alimentos y bebidas son verdes, al igual que el 17 % de las habilidades requeridas para los empleos en industrias creativas. ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 5 • Estas competencias no son solo para los nuevos empleos, sino también para ampliar los ya existentes. Las transiciones verdes requerirán nuevas competencias para los nuevos empleos. Sin embargo, lo más importante es que necesitarán competencias adicionales para los empleos existentes. En Indonesia, cerca del 76 % de las empresas afirman que los cambios en los puestos de trabajo existentes son los principales ajustes necesarios para ecologizar su actividad comercial14. • La demanda de estas competencias puede ser impredecible y desigual. En contextos de ingreso alto, hay 62 mujeres por cada 100 hombres en empleos verdes15. 14. La educación puede impulsar la acción climática, aunque, al mismo tiempo, el cambio climático obstaculiza la educación. El cambio climático está aumentando la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, como ciclones, inundaciones, sequías, olas de calor e incendios forestales, así como la probabilidad de que se produzcan algunos en simultáneo. Estos fenómenos meteorológicos extremos interrumpen cada vez más la escolaridad y precipitan las pérdidas de aprendizaje y la deserción escolar. 15. El cambio climático está provocando cierres masivos de escuelas. Estas interrupciones permanecen invisibles porque no se les hace ningún seguimiento. No hay datos oficiales sobre la frecuencia y la gravedad de los cierres de las escuelas debido a los fenómenos climáticos extremos. En consecuencia, esta crisis pasa desapercibida en gran medida. Un novedoso análisis para este informe revela lo siguiente: • En los últimos 20 años, las escuelas se cerraron durante, al menos, el 75 % de los eventos meteorológicos extremos vinculados con el clima que afectaron a 5 millones de personas o más16. Lo más preocupante es que la frecuencia y la gravedad de los cierres de las escuelas sigue en aumento debido al cambio climático. • Entre enero de 2022 y junio de 2024, unos 404 millones de estudiantes se vieron afectados por el cierre de sus escuelas debido a fenómenos meteorológicos extremos. Al menos 81 países cerraron sus escuelas temporalmente debido a inundaciones, tormentas y olas de calor. • Estos cierres de las escuelas pueden causar grandes pérdidas de aprendizaje. Entre enero de 2022 y junio de 2024, los países que cerraron sus escuelas para responder a las perturbaciones climáticas perdieron en promedio 28 días de instrucción en las escuelas afectadas. Sin embargo, este promedio oculta importantes disparidades. Las escuelas afectadas en países de ingreso bajo durante el mismo período perdieron alrededor de 45 días, mientras que las de países de ingreso alto solo perdieron 6 días. • En algunos contextos, los cierres de las escuelas relacionados con el clima son frecuentes o de larga duración. Entre enero de 2022 y junio de 2024, los estudiantes de Filipinas experimentaron 23 episodios de cierre de las escuelas. En Pakistán, se perdieron 97 días de clase (casi el 54 % de un año académico normal). 16. El aumento de las temperaturas también afecta de manera negativa al aprendizaje de los estudiantes. Un estudiante promedio del 50 % más pobre de los municipios brasileños podría perder hasta 0,5 años de aprendizaje en general debido al aumento de las temperaturas. 17. Sin embargo, los responsables de formular políticas no priorizan este problema hoy en día. En una nueva encuesta realizada para esta nota, en la que participaron 103 responsables de formular políticas educativas de 33 países de ingreso bajo y mediano, se revela que solo alrededor de la mitad (el 51 %) considera que las temperaturas más elevadas inhiben el aprendizaje. Además, casi el 62 % dijo que la protección del aprendizaje frente a los efectos del cambio climático se encuentra entre las tres principales prioridades de su país (de un conjunto de 10 prioridades). 6 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática 18. Es imprescindible adaptar los sistemas educativos para que sean más resilientes. Para ello, se debe gestionar la educación, adaptar la infraestructura, priorizar la continuidad del aprendizaje, y movilizar a los estudiantes y docentes como agentes de cambio. Este esfuerzo requerirá de financiamiento. Un programa de medidas de adaptación de bajo costo, que incluya medidas para el control de la temperatura, la resiliencia de la infraestructura, el aprendizaje a distancia durante el cierre de las escuelas por motivos climáticos y la capacidad de los docentes, puede costar unos USD 18,51 por estudiante. Dado que los países de ingreso bajo gastan un promedio de USD 51,80 por estudiante, esto representaría un aumento aproximado del 35,7 % en los costos por estudiante en esos países. ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 7 DESCRIPCIÓN GENERAL Shwetlena Sabarwal, Sergio Venegas Marin, Marla Spivack, y Diego Ambasz “MI MADRE CREE QUE LOS HURACANES OCURREN CUANDO UNA ENORME SERPIENTE SOPLA AL PASAR. YO LE EXPLICO QUE LOS HURACANES SE DEBEN A FENÓMENOS CLIMÁTICOS, Y QUE EXISTEN MEDIDAS QUE PODEMOS TOMAR”. Estudiante de Ingeniería Ambiental, Mozambique, en grupo de discusión (2024)17 8 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática La educación es la clave para lograr una acción climática mejorada y más rápida (una acción que respalde la mitigación del cambio climático y la adaptación a sus efectos). Esto se debe, en parte, a que las personas que se encuentran en el ojo de la crisis carecen de los conocimientos y las habilidades suficientes para afrontarla. La educación puede ayudar a paliar estas limitaciones de dos maneras fundamentales. En primer lugar, puede impulsar cambios de comportamiento a gran escala, no solo para el futuro, sino también para el presente. En segundo lugar, puede liberar la innovación y las competencias necesarias para que las economías adopten trayectorias de crecimiento más verdes. Al mismo tiempo, la educación debe protegerse frente al cambio climático. Las temperaturas y los fenómenos climáticos extremos ya están erosionando los avances logrados con tanto esfuerzo en materia de escolaridad y aprendizaje. El cambio climático provoca un aumento de la deserción escolar y de las pérdidas de aprendizaje, que se convertirá en pérdidas de ingresos intergeneracionales en el largo plazo. La erosión de los resultados educativos relacionada con el clima empeorará a medida que se profundice el cambio climático, lo que pondrá en riesgo el poderoso potencial de la educación para impulsar el alivio de la pobreza y el crecimiento económico. Gráfico 0.1: La educación impulsa la acción climática, mientras que el cambio climático pone en peligro los resultados educativos ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 9 Los Gobiernos pueden aprovechar la educación y el aprendizaje para impulsar la acción climática. Se trata de un objetivo muy alcanzable que está en consonancia con los objetivos educativos más amplios. Para ello, los Gobiernos deben actuar en tres ámbitos: • En primer lugar, aprovechar la educación escolar para lograr un cambio de comportamiento a favor del clima mediante la inversión en educación sobre competencias básicas y en materia de STEM; la provisión de una educación climática bien diseñada, y el fortalecimiento de las capacidades de los docentes. • En segundo lugar, aprovechar la educación terciaria para fomentar las competencias verdes y la innovación, mediante el fomento de la adaptabilidad de los estudiantes a través de bases sólidas, vías flexibles y flujos de información. • En tercer lugar, proteger los sistemas educativos haciéndolos más adaptables y resilientes frente a un clima cambiante. En este informe, se presentan datos, pruebas, ejemplos y una agenda de políticas sobre cómo aprovechar la educación y el aprendizaje para impulsar la acción climática. En el capítulo 1, se aborda la educación escolar para sensibilizar acerca del cambio climático y generar cambios de comportamiento a gran escala. El capítulo 2 se centra en la educación terciaria para desarrollar competencias verdes. En el capítulo 3, se analiza la forma de proteger y adaptar los sistemas educativos frente al cambio climático. La acción climática es lenta, en parte, porque las personas no tienen suficientes conocimientos ni competencias A pesar de la grave crisis climática, la acción sigue siendo lenta. En general, solo hay una “ecologización” marginal del funcionamiento de las economías, de las actividades de las empresas y de la forma en la que viven y trabajan las personas. En 2015, 195 países adoptaron un tratado jurídicamente vinculante para limitar el calentamiento global a un nivel de entre 1,5 °C y 2 °C, en comparación con los niveles preindustriales18. En un balance realizado en 2023, se revela que los esfuerzos globales para cumplir estos objetivos están fracasando. De los 42 indicadores climáticos, solo uno va por buen camino para alcanzar su objetivo en 2030. De los 41 indicadores restantes, 6 están “mal encaminados”; 24 están “muy mal encaminados”; 6 van totalmente en la dirección incorrecta; y en 5 no se dispone de datos suficientes para hacer un seguimiento del progreso19. Se trata de un pésimo informe de situación, a pesar de décadas de alarmantes advertencias, proyecciones y llamadas de atención. ¿Por qué ha sido tan lenta la acción climática? La falta de información, conocimientos y competencias ha sido determinante. Estas brechas hacen que las personas no se sitúen en el centro de la mitigación del cambio climático y la acción climática. En las iniciativas climáticas globales, se ha hecho mucho hincapié en cuáles son las políticas que pueden reducir las emisiones, pero no en cómo conseguir apoyo para implementar esas políticas y cómo contribuir a que tengan éxito. Al mismo tiempo, los países de ingreso bajo y mediano necesitan con urgencia iniciativas a gran escala que los ayuden a adaptarse a los efectos del cambio climático. Estos esfuerzos, sin lugar a dudas, requerirán mejorar la sensibilización, los conocimientos, las habilidades y los comportamientos de las personas. Los hábitos domésticos son responsables del 72 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial20. Existen tres tipos de brechas de información/conocimientos que pueden ser, en parte, responsables de impedir un cambio de comportamiento a favor del clima. En primer lugar, la falta de 10 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática información sobre la sensibilización frente al cambio climático, sobre todo entre las personas mayores. La sensibilización sobre el cambio climático solo alcanza al 65 % en los países de ingreso bajo y mediano21. En segundo lugar, la falta de información sobre qué hacer para mitigar el cambio climático y adaptarse a sus efectos. En 8 países de ingreso bajo y mediano, cerca del 65 % de los jóvenes considera que sus medios de subsistencia futuros están en riesgo si no desarrollan competencias verdes. Sin embargo, el 60 % considera que no aprendió lo suficiente sobre el cambio climático en la escuela. En tercer lugar, hay mucha desinformación relacionada con el clima, en especial en Internet, lo que socava la confianza del público en la información científica. Cerca del 47 % de los docentes de educación secundaria de Bangladesh y el 41 % de los docentes del mismo nivel de Uganda consideran equivocadamente que los medios de comunicación exageran la información sobre el cambio climático22. Las economías también carecen de las competencias necesarias para impulsar una transición hacia economías con bajas emisiones de carbono. A escala global, la transición de las economías hacia trayectorias de desarrollo más sostenibles requerirá de trabajadores calificados para unos 100 millones de nuevos empleos y trabajadores con competencias mejoradas para la mayoría de los empleos existentes. También se necesitarán trabajadores con competencias nuevas para otros 78 millones de empleos que desaparecerán23. Sin embargo, estas competencias escasean en la actualidad. En 2024, el 68 % de las titulaciones educativas del mundo que se especializan en la energía estaban orientadas a los combustibles fósiles y solo el 32 % a las energías renovables, lo que no satisface la creciente demanda de fuerza de trabajo especializada en las energías limpias24. En India, el 60 % de los encuestados del sector energético señalan la escasez de trabajadores calificados De los 42 para las actividades de adaptación y mitigación25. Esta escasez de competencias indicadores crea importantes obstáculos para las transiciones verdes. climáticos, solo Estas limitaciones de conocimientos y competencias son muy frustrantes uno va por buen porque los jóvenes están realmente decididos a actuar, pero sienten que no tienen las capacidades que necesitan para hacerlo. En 37 países, alrededor camino para del 78 % de los jóvenes de 15 años afirman que cuidar el medio ambiente es alcanzar su importante para ellos. Sin embargo, solo el 57 % considera que puede hacer objetivo en 2030. algo al respecto26. En Corea, este porcentaje llega solo al 20 %. Los nuevos datos de este informe indican la enorme magnitud de la oportunidad desaprovechada para la acción climática liderada por los jóvenes. Entre los estudiantes de educación secundaria de Bangladesh, cerca del 93 % considera que el cambio climático es una realidad y casi el 40 % se siente personalmente afectado por el cambio climático; sin embargo, solo el 32 % puede responder a una pregunta básica sobre los gases de efecto invernadero27. Según una encuesta realizada entre jóvenes de Bangladesh, Kenya y México, alrededor del 81 % considera que, si no adquieren competencias verdes y aprenden a aplicarlas, sus medios de subsistencia futuros están en riesgo. La educación puede impulsar un cambio de comportamiento a gran escala, no solo en el futuro, sino hoy mismo A escala global, el nivel de instrucción es la variable predictiva más importante de la sensibilización ante el cambio climático28. Un año adicional de educación aumenta el nivel de sensibilización sobre el clima en un 8,6 % (medido en función de los conocimientos y las competencias sobre las cuestiones ambientales), según un análisis realizado en 96 países con casi 1 millón de estudiantes durante 4 años29. En Brasil, el 84 ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 11 % de las personas con un nivel de educación secundaria o superior afirma que el cambio climático es una amenaza importante, frente al 62 % de las personas con un nivel educativo inferior, lo que representa una diferencia de 22 puntos30. El mismo patrón se repite en todos los países. En 16 economías avanzadas, las personas con mayor nivel educativo están más dispuestas a adaptar su estilo de vida a los efectos del cambio climático31. La educación fomenta de forma directa los comportamientos a favor del clima. En Europa, un año adicional de educación aumentó en 5,8 puntos porcentuales los comportamientos a favor del clima32. Los estudiantes que asistieron a un curso universitario de un año de duración sobre estos temas redujeron sus emisiones individuales de carbono en 2,86 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año33. Ya en la escuela primaria, la exposición a una educación curricular relacionada con el medio ambiente permite reducir el consumo de energía en más de un 15 % en los hogares y en un 30 % en las escuelas34. La educación también permite que las personas se adapten mejor a los efectos del cambio climático, ya que les da acceso a una mayor empleabilidad e ingresos más elevados. A nivel global, cada año de aprendizaje genera un aumento anual aproximado del 10 % en los ingresos35. También puede aumentar directamente la adaptabilidad. En Brasil, Cuba, El Salvador, Haití, Malí, República Dominicana, Senegal y Tailandia, las personas con niveles educativos más elevados exhiben una mayor capacidad de preparación y respuesta frente a desastres36. Generar un cambio de comportamiento para la adaptación al cambio climático es esencial para los países de ingreso bajo y mediano, que son los más vulnerables a las perturbaciones climáticas. La educación puede impulsar el cambio de comportamiento hoy, no solo en el futuro. Esto se debe a que los niños pueden mejorar la mentalidad de sus padres y comunidades con respecto al clima. En Indonesia, el aumento de los conocimientos sobre el riesgo de desastres entre los estudiantes se tradujo en una mejora importante de la actitud de los padres y en un aumento en el intercambio de conocimientos37. En EE. UU., impartir educación sobre el clima a niños de nivel escolar medio condujo a mayores niveles de preocupación por el cambio climático entre los padres. Los efectos fueron más importantes entre los padres que mostraban los niveles más bajos de preocupación por el clima antes de la intervención38. En el Reino Unido, las tasas de reciclaje aumentaron un 8,6 %, gracias a que los estudiantes compartieron lecciones de educación sobre los desperdicios con sus padres39. Gráfico 0.2: Las personas con mayor nivel educativo muestran una preocupación más elevada por el cambio climático México Filipinas Sudáfrica Se muestran las diferencias estadísticamente significativas. Fuente: Centro de Investigación Pew (2018). La educación puede impulsar el cambio de comportamiento de las sociedades, no solo de los individ- uos. Existen muchos ejemplos de educación que estimulan el cambio político. Además, el movimiento en favor del clima exige estos cambios, ya sea para reducir los subsidios a la energía, promover la infraestruc- tura con bajas emisiones de carbono o aplicar impuestos a los aviones privados. En Europa, un año más de educación se traduce en un aumento del voto verde. Ese aumento del voto, equivalente a un 35 %, puede tener enormes consecuencias a la hora de promover políticas a favor del clima a escala nacional. La educación puede empoderar a las personas con competen- cias para impulsar economías más verdes La educación es el único modo de desarrollar las competencias necesarias para las transiciones verdes, en especial aquellas que también son justas. El cambio hacia un crecimiento económico más sostenible desde una perspectiva ambiental requerirá trabajadores calificados. Esta transición verde global requerirá trabajadores calificados para cubrir aproximadamente 100 millones de nuevos empleos, trabajadores con competencias mejoradas para la mayoría de los puestos de trabajo existentes que se transformarán, y trabajadores con competencias nuevas para otros 78 millones de empleos que desaparecerán. En una encuesta global realizada a líderes empresariales, prácticamente el 80 % de ellos coincide en que las competencias verdes serán el factor de impulso más importante de la transición verde. Lo más probable es que los futuros trabajadores accedan a estas habilidades principalmente a través de los sistemas educativos y de capacitación. ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 13 La acción climática también requiere la innovación y la investigación y desarrollo que dependen de las universidades. A nivel global, la investigación prometedora en materia climática se lleva a cabo en las universidades, gracias a las becas, la formación de posgrado (estudiantes de maestría y doctorado) y las asociaciones con el sector privado. Esta agenda es fundamental para que los países de ingreso bajo y mediano ayuden a fomentar soluciones climáticas que sean pertinentes para sus contextos específicos. Gráfico 0.3: La educación impulsa la acción climática No obstante, la educación sigue sin utilizarse de forma masiva para la acción climática En el marco de las iniciativas climáticas globales, se sigue pasando por alto al sector de la educación. Si bien la asistencia oficial para el desarrollo relacionada con el clima aumentó del 21,7 % en 2013 al 33,4 % en 2020, la asistencia destinada a la educación representó menos del 1,3 % de esta variación. En términos de planes de acción gubernamentales en materia climática, también conocidos como “contribuciones determinadas a nivel nacional” (CDN), en menos de uno de cada tres planes, se menciona la educación climática, y en menos de uno de cada cuatro, se hace referencia a las competencias verdes. Incluso en los informes sobre el clima y el desarrollo de los países (CCDR) del Banco Mundial, en 46 países, la educación se menciona, en promedio, unas 20 veces, frente a un promedio de 172 menciones para la energía o 72 para la infraestructura. Esta diferencia aumenta si excluimos los CCDR para África subsahariana: 16 menciones en promedio para la educación frente a 215 para la energía. Lo mismo ocurre con la investigación. De 15 artículos de examen de los impactos económicos del cambio climático publicados desde 2010, solo tres incluyen menciones sobre los impactos en la educación. 14 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática Las escuelas pueden hacer mucho más para lograr un cambio de comportamiento a favor del clima. En los países de ingreso bajo y mediano, la mayoría de los estudiantes, padres y docentes, e incluso los responsables de formular políticas desearían que las escuelas prepararan mejor a los estudiantes para la acción climática. Sin embargo, esto no ocurre en la actualidad. Los mayores obstáculos para alcanzar este objetivo son los siguientes: • Las escasas competencias básicas: en todo el mundo, cientos de millones de niños llegan a la edad adulta sin haber adquirido siquiera las competencias básicas de lectura, escritura y aritmética. A nivel global, el 70 % de los niños de 10 años no comprende lo que lee. • La falta de educación sobre el clima en los planes de estudios ya sobrecargados: en 100 países, en un 47 % de los marcos no se menciona el cambio climático. En una encuesta realizada a los jóvenes de 8 países de ingreso bajo y mediano, aproximadamente el 65 % considera que no aprendieron lo suficiente sobre el clima en la escuela. Sin embargo, no es fácil incorporar los temas climáticos en unos planes de estudios ya sobrecargados. Si esto se hace sin un análisis cuidadoso, podría resultar contraproducente, al desplazar aún más la tan necesaria atención a las competencias básicas. • La falta de capacidad docente: por último, la mayoría de los docentes carecen hoy en día de la capacidad necesaria para impartir lecciones sobre el clima. En 6 países de ingreso bajo y mediano, el 87 % de los docentes afirma que incluye temas climáticos en sus clases y, sin embargo, el 71 % responde de forma incorrecta al menos a una pregunta básica relacionada con el clima. RECUADRO 0.1: NUEVOS DATOS PARA ESTE INFORME Este informe se basa en amplias revisiones bibliográficas, complementadas con datos nuevos, según se indica a continuación (todos los países de ingreso bajo y mediano): Datos cuantitativos 1. Recopilación de informes de los medios de 6. Datos de portales de empleo en línea de 5 comunicación de 81 países sobre los cierres de países (Brasil, Egipto, Kenya, India y Filipinas). las escuelas relacionados con el clima entre enero de 2022 y junio de 2024. Datos cualitativos 2. Encuesta a jóvenes (de 17 a 35 años) sobre el clima y la educación en 8 países (Angola, Bangladesh, China, Colombia, India, Kazajstán, 1. Análisis de las políticas climáticas y educativas Senegal y Tanzanía). en 14 países. 3. Encuesta a estudiantes de educación 2. Entrevistas a jóvenes activistas del ámbito secundaria sobre el clima en Bangladesh y climático de 16 países. Uganda. 4. Encuesta a docentes sobre la integración del 3. Grupo de discusión con estudiantes y docentes clima en los planes de estudios de 6 países de educación terciaria de 5 países (Bangladesh, (Bangladesh, Chad, Jordania, Nigeria, Pakistán Colombia, Kenya, México y Mozambique). y Uganda). 5. Encuesta a responsables de formular políticas 4. Encuesta en línea a jóvenes líderes globales. sobre la educación y el cambio climático de 33 países. ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 15 La educación puede hacer mucho más para fomentar el desarrollo de las competencias verdes y la innovación. Un problema importante es que, aunque las competencias verdes son fundamentales para las transiciones verdes a las que se han comprometido la mayoría de los países, no se conocen bien sus características. Existe la idea errónea de que las competencias verdes tienen un elevado nivel técnico, son muy específicas de unos pocos sectores (energía, construcción, transporte, etc.) y solo se pueden conseguir mediante titulaciones de alto nivel. Esto no es verdad. El novedoso análisis utilizado para este informe revela cuatro datos básicos sobre las competencias verdes. En primer lugar, estas competencias son amplias e incluyen también habilidades no técnicas, socioemocionales, intersectoriales y que pueden adquirirse mediante cursos breves. En segundo lugar, estas habilidades pueden aplicarse de forma flexible e incluyen un núcleo de competencias cognitivas y socioemocionales transferibles. En tercer lugar, estas competencias no se orientan solo a los “nuevos” empleos, sino que son competencias ampliadas para los empleos existentes. Cualquier trabajo y sector puede ser más verde por medio del uso del conjunto adecuado de ampliación de las competencias. En cuarto lugar, estas competencias evolucionan de forma impredecible y desigual. Sin embargo, los jóvenes, los docentes y los responsables de formular políticas no valorizan el verdadero alcance y potencial de las oportunidades de desarrollo de competencias verdes. Otras limitaciones son la falta de accesibilidad, la obsolescencia, la falta de respuesta y la rigidez de los sistemas de educación terciaria, que no logran responder al urgente compromiso con las transiciones verdes. Gráfico 0.4: La demanda de competencias verdes es muy amplia en todos los países en desarrollo POR EJEMPLO, LOS SECTORES BRASILEÑOS CON MAYOR DEMANDA DE COMPETENCIAS V ERDES (EN LAS PUBLICACIONES DE OFERTAS DE EMPLEO EN LÍNEA) SON LOS SIGUIENTES: Brazil: Industries With the Most Green Skills PORCENTAJE DE COMPETENCIAS VERDES 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% SHARE OF 17-35 YEA Electricidad, gas, vapor y aire acondicionado 26% Bangladesh Servicios de alimentos y bebidas 25% 23% Kazakhstan Comercio minorista* Construcción especializada 19% El 25 % de todas las India competencias demandadas Recolección, eliminación y tratamiento de residuos 19% por la industria de Angola alimentos y bebidas en Brasil son competencias Fabricación de vehículos automotores 18% verdes. Pooled Instalación y emparejamiento de maquinaria 18% Tanzania Producción agrícola y ganadera 18% Colombia Arte y entretenimiento 17% El 17 % de todas las competencias Senegal demandadas por la industria del arte y el entretenimiento en Seguridad e investigaciones 16% China Brasil son competencias verdes. Investigación y desarrollo científicos 16% 0% 10 * Excepto vehículos automotores y motocicletas. Fuente: LightcastTM (2024). Nota: Los datos proceden de las publicaciones de ofertas de empleo en línea en Brasil entre septiembre de 2022 y agosto de 2023. 16 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática El cambio climático también amenaza a la educación El cambio climático está provocando cierres masivos de escuelas. Un niño de 10 años en 2024 estará expuesto al doble de incendios forestales y ciclones tropicales, tres veces más inundaciones fluviales, cuatro veces más pérdidas de cosechas y cinco veces más sequías a lo largo de su vida (siguiendo la trayectoria de calentamiento global de 3 °C) que un niño de 10 años en 197040. Esto tiene importantes repercusiones para la continuidad escolar. En los últimos 20 años, al menos el 75 % de los fenómenos meteorológicos extremos que afectaron a 5 millones de personas o más provocaron el cierre de las escuelas. Su duración se prolonga cuando la infraestructura escolar es vulnerable o cuando los establecimientos se utilizan como centros de evacuación. En Pakistán, 6 meses después de las inundaciones de 2022, el 92 % de los hogares afectados aún no sabía con certeza cuándo volverían a abrir las escuelas locales41. Además, existen pruebas que muestran que un día de cierre de escuelas es un día de pérdida de aprendizaje42. Más allá del impacto sobre el aprendizaje, estos cierres también causan deserción escolar, ya que algunos estudiantes no regresan a la escuela después de que estas vuelven a abrir. Gráfico 0.5: El cambio climático pone en peligro los resultados educativos El aumento de las temperaturas provoca pérdidas de aprendizaje incluso cuando las escuelas están abiertas. En todos los países, los días de clase adicionales en condiciones de calor extremo repercuten de forma negativa sobre el aprendizaje43. Si bien la magnitud del impacto sigue siendo incierta y depende en gran medida del contexto, experimentar temperaturas que superan umbrales muy elevados o que se desvían de manera significativa de las tendencias locales efectivamente genera pérdidas de aprendizaje. En Brasil, un estudiante promedio del 50 % más pobre de los municipios podría perder hasta 0,5 años de aprendizaje en general debido al aumento de las temperaturas44. En Estados Unidos, los puntajes de las pruebas disminuyeron un 1 % por cada aumento de 0,56 °C en la temperatura durante los años escolares previos a la prueba. Estos impactos aparentemente pequeños se acumulan con el paso del tiempo, dada la naturaleza acumulativa del proceso de aprendizaje, sobre todo en los años de aprendizaje básico. ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 17 El cambio climático también erosiona la educación de forma indirecta a través del aumento de las enfermedades, el estrés y los conflictos. Un cambio de una desviación estándar en el clima (temperatura y precipitaciones) puede aumentar el riesgo de conflicto intergrupal en un 14 % y de violencia interpersonal en un 4 %. Los conflictos, la violencia y las guerras generan graves consecuencias sobre el nivel de instrucción y el rendimiento académico de los niños. La caída del nivel de instrucción se traducirá en menores ingresos y productividad. Un nivel de instrucción más alto se relaciona con mayores ingresos, y se estima que, por cada año adicional de escolaridad, se obtiene una mejora de ingresos del 10 %. Si las perturbaciones climáticas reducen el nivel de instrucción, los ingresos futuros se verán afectados. Las personas con un nivel de instrucción más bajo se enfrentan a desventajas económicas y a un menor acceso a empleos estables. Estas desigualdades se transmiten de una generación a otra, lo que perpetúa el ciclo de la pobreza y limita la movilidad social45. Las iniciativas relacionadas con las políticas en tres frentes pueden ayudar a aprovechar la educación para la acción climática Los Gobiernos pueden aprovechar mejor el aprendizaje para impulsar la acción climática centrándose en tres ámbitos. En primer lugar, aprovechar las escuelas para fomentar un cambio de comportamiento a favor del clima a gran escala. En segundo lugar, aprovechar la educación terciaria para impulsar las transiciones verdes y la innovación. En tercer lugar, adaptar los sistemas educativos para que sean resilientes frente al cambio climático. Gráfico 0.6: Medidas de política para que el aprendizaje impulse a la acción climática Respaldar la educación terciaria Aumentar la eficacia de las Adaptar los sistemas educativos para fomentar las capacidades escuelas en la acción climática al cambio climático verdes y la innovación 1. Mejorar las competencias 1. Fomentar la adaptabilidad 1. Gestionar la educación a básicas y en STEM de los estudiantes a favor de la resiliencia través de bases sólidas, 2. Incorporar la educación 2. Modificar la infraestructura vías flexibles y flujos climática escolar para reforzar de información la resiliencia 3. Fortalecer la capacidad 2. Promover sistemas ágiles de los docentes 3. Garantizar la continuidad mediante el fortalecimiento del aprendizaje frente a las de la convergencia perturbaciones climáticas y la inclusividad 4. Aprovechar a los estudiantes y los docentes como agentes de cambio Hacer hincapié en la educación acerca de las políticas climáticas + garantizar el financiamiento adecuado 18 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática Los Gobiernos pueden aumentar la eficacia de las escuelas en la acción climática a través de tres medidas. Varias de ellas coinciden por completo con los objetivos educativos más amplios. • En primer lugar, mejorar las competencias básicas y reforzar la educación en STEM. Los temas climáticos deben utilizarse para enseñar lectura y escritura, aritmética y conceptos de STEM. • En segundo lugar, una vez garantizadas las competencias básicas, incorporar un plan de estudios sobre el clima que sea práctico, aplicable y contextual. Al hacerlo, se debe consultar a los docentes para evitar la sobrecarga del plan de estudios. • En tercer lugar, es preciso apoyar a los docentes en todo momento, mejorando sus conocimientos y competencias sobre los temas relacionados con el clima y proporcionándoles recursos educativos de alta calidad y apoyo específico. Los Gobiernos pueden ayudar al sector de la educación terciaria a desarrollar las competencias verdes y la innovación de una forma muy alcanzable. Las oportunidades de desarrollar competencias verdes son tan grandes y están tan cerca que acelerar esta agenda no requiere de mucho impulso. Se puede conseguir mucho a corto plazo mediante aumentos inteligentes en el margen. Sin embargo, para aprovechar por completo estas oportunidades, también se necesitarán reformas sistémicas a mediano plazo. En consecuencia, los Gobiernos pueden actuar en dos frentes: • A corto plazo, facilitar más información y la disponibilidad de cursos cortos que respondan a las necesidades del mercado para desarrollar las competencias verdes tanto de estudiantes como de trabajadores. En concreto, los sistemas de educación terciaria deberían i) difundir información sobre la rentabilidad de las competencias verdes específicas en todos los sectores y ii) facilitar la disponibilidad de cursos cortos y modulares sobre las competencias verdes, a los que puedan acceder con facilidad tanto estudiantes como trabajadores. • A mediano plazo, promover la adaptabilidad de los estudiantes y los sistemas mediante bases sólidas, vías flexibles, flujos de información e inclusión voluntaria. También es importante comprender que no bastará con aumentar la cantidad de cursos específicos definidos de manera estricta en la educación terciaria. Por el contrario, es necesario centrarse en crear las condiciones favorecedoras correctas, de modo que el sistema facilite la oferta de competencias e innovación, en lugar de limitarse a tratar de predecir directamente y proporcionar competencias definidas de forma estricta. Los Gobiernos pueden adaptar mejor los sistemas educativos a un clima cambiante. Para los millones de niños que deben asistir a la escuela en los próximos 50 años, los resultados de las medidas de mitigación llegarán demasiado tarde. Los Gobiernos pueden mejorar la resiliencia de sus sistemas educativos ahora mismo al centrarse en i) gestionar la educación a favor de la resiliencia; ii) modificar la infraestructura escolar para reforzar la resiliencia; iii) garantizar la continuidad del aprendizaje frente a las perturbaciones climáticas, y iv) hacer que los estudiantes y los docentes sean agentes de cambio. Este esfuerzo debe centrarse en integrar la educación en la política climática y el clima en la política educativa. Para ello, se necesitará tanto el financiamiento como la convergencia entre los distintos ministerios y las diferentes partes interesadas. ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 19 ¿De qué manera los ministerios de educación deben priorizar el clima? El establecimiento de prioridades debe guiarse por el contexto en el que se encuentre el país y según cuáles sea sus necesidades más importantes. Sin embargo, un mensaje clave de este informe es el siguiente: i) aprovechar las escuelas para la acción climática se alinea por completo con los objetivos básicos de los sistemas educativos en lo que respecta a la educación de calidad para todos, y ii) aprovechar la educación terciaria para desarrollar las competencias verdes es muy alcanzable por medio de las ampliaciones clave a corto plazo. Existen tres indicadores que pueden ser muy útiles para establecer prioridades en materia de políticas. En primer lugar, la tasa de pobreza de aprendizajes (proporción de estudiantes que no entienden lo que leen a la edad de 10 años). No es posible desarrollar competencias climáticas significativas sin tener las competencias básicas. Por otra parte, garantizar las competencias básicas para todos puede mejorar enormemente la resiliencia, la adaptabilidad y la acción climática de un país. Por lo tanto, si un país tiene altas tasas de pobreza de aprendizajes (50 % o más), una de las mejores inversiones climáticas consiste en mejorar las competencias básicas. En este sentido, el material sobre el clima debería utilizarse para enseñar lectura, escritura y aritmética (véase más información en el capítulo 2). Cuadro 0.1: En todas las regiones, algunos países tienen tasas de pobreza de aprendizajes superiores al 50 % BAJA TASA DE POBREZA DE MODERADA ALTA MUY ALTA (MENOS TOTAL APRENDIZAJES (25 %-50 %) (50 - 75%) (ABOVE 75%) DEL 25 %) REGIÓN/ CANT. DE PAÍSES Asia oriental y el Pacífico 10 2 1 4 17 Europa y Asia central 36 4 1 0 41 América Latina y el Caribe 1 7 4 7 19 Oriente Medio y Norte de África 1 7 6 1 15 África subsahariana 0 2 6 16 24 Asia meridional 1 0 2 2 5 Fuente: Datos de 2019 obtenidos a partir del informe State of the Global Learning Poverty (El Estado de la pobreza de aprendizajes mundial) (2022). En segundo lugar, la cantidad de cierres de escuelas relacionados con el clima por año. Esta medida es importante y relativamente fácil de rastrear (a través de informes de los funcionarios de educación de los distritos, artículos de prensa, etc.). Los cierres de las escuelas relacionados con el clima son cada vez más frecuentes y generan enormes pérdidas de aprendizaje. Los países que sufren estos cierres de forma regular deben dar prioridad a mantener las escuelas abiertas (en la medida de lo posible) e invertir en soluciones eficaces de educación a distancia (véase más información en el capítulo 3). 20 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática Gráfico 0.7: La mayoría de los países experimentan más cierres Gráfico 3: La mayoría dede los países escuelas experimentan relacionados más con el cierres clima cadade escuelas relacionados año con el clima cada año Afganistán Bangladesh Bolivia China Etiopía Fiji India Indonesia Jamaica Malawi Malasia México Nepal Nigeria Pakistán Filipinas Somalia Sudán del Sur Sudán Tailandia Uganda Vanuatu Venezuela Zimbabwe 2005 2009 2013 2017 2021 Causa del cierre de escuelas Inundación Tormenta Sequía Escasez de agua Incendio forestal Frío Ola de calor Las cruces indican un desastre de magnitud, pero no se encontraron evidencias de cierre de escuelas Se muestra un índice sobre cierres de escuelas que combina la duración de los cierres con su distribución geográfica. Cuanto más grande es la burbuja, mayor es la duración del cierre de la escuela o la cantidad de personas afectadas, o ambos criterios. Fuente: Angrist y otros (2023), Building resilient education systems: Evidence from large-scale randomized trials in five countries (Creación de sistemas educativos resilientes: Datos de ensayos aleatorizados a gran escala en cinco países), n.o w31208, National Bureau of Economic Research. Recopilación de información sobre el cierre de las escuelas basada en distintas fuentes. En tercer lugar, la disponibilidad de información para los estudiantes sobre los beneficios de la educación, las aptitudes en STEM y las oportunidades de desarrollar competencias verdes. Se trata de un criterio de “sí/no” sobre si existen mecanismos que permitan a los estudiantes, sobre todo en la educación secundaria superior y terciaria, tomar decisiones informadas sobre los resultados en el mercado laboral. Proporcionar información clara a los estudiantes sobre los beneficios de la educación en el mercado laboral es una de las estrategias más eficaces en función de los costos para mejorar los años de escolaridad ajustados en función del aprendizaje46. Estas intervenciones pueden tener externalidades climáticas positivas mediante el impulso de los logros educativos, especialmente después de la escuela primaria. Estas externalidades se multiplicarán si se proporciona información sobre los beneficios de la educación en STEM y las competencias verdes. En el caso de las competencias verdes, es fundamental abordar las ideas erróneas más comunes (por ejemplo, que las competencias verdes son solo habilidades técnicas y únicamente se pueden aplicar en sectores verdes) y dar a los estudiantes acceso a las señales claras del mercado laboral. ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 21 Una vez evaluados estos parámetros, los países deben dar prioridad a la elaboración de planes de estudios prácticos y viables sobre el clima y a las oportunidades de desarrollar las competencias verdes en las escuelas y en la educación terciaria. En este último caso, es muy importante que se establezcan vías flexibles, incluso para las personas que ya están en el mercado laboral. Los Gobiernos pueden aprovechar el aprendizaje para impulsar la acción climática y alcanzar juntos los objetivos en materia de desarrollo, educación y clima. Abordar el cambio climático exige modificar las creencias, los comportamientos y las competencias individuales. La educación puede ser una fuerza poderosa para lograr estos cambios. Al mismo tiempo, una escolaridad de calidad permite que las personas actúen frente a la mayor amenaza para su futuro: el cambio climático. A nivel global, los niños y los jóvenes se preocupan mucho por el clima. Es hora de ayudarlos a ayudar al planeta. 22 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática BIBLIOGRAFÍA Agarwal, S., Molina, T., & Sabarwal, S. (2024). Harnessing Education for Climate Action – A Randomized Experiment in Bangladesh Secondary Schools. Working Paper. World Bank. Angrist, N., Evans, D., Filmer, D., Glennerster, R., Rogers, F., & Sabarwal, S. (2020). How to Improve Education Outcomes Most Efficiently? A Comparison of 150 Interventions using the New Learning-Adjusted Years of Schooling Metric. The World Bank. Policy Research Working Paper 9450. Angrist, N., Bergman, P., & Matsheng, M. (2020). School’s out: Experimental evidence on limiting learning loss using “low-tech” in a pandemic (w28205; p. w28205). 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Returns to Investment in Education: A Decennial Review of the Global Literature. Policy Research Working Paper No. 8402. World Bank. 24 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática Schady, N., Sabarwal, S., Yi Chang, A., Venegas Marin, S., D’souza, R., Lautharte, I., Tzintzun Valladolid, I. & Schwarz, L. (Forthcoming). Heat and Learning: How Exposure to Extreme Heat Affects Learning in Brazil. Schady, N., Holla, A., Sabarwal, S., & Silva, J. (2023). Collapse and Recovery: How the COVID-19 Pandemic Eroded Human Capital and What to Do about It. World Bank, Washington DC. Spindelman, D., (2024). Wanting more for our futures: Qualitative perspectives on education for climate action. Commissioned by World Bank Education Practice. Tammi, A., & Munnelly, C. (2023). Climate change is threatening education financing: We are launching a joint effort to identify trends and solutions. Global Partnership for Education, Education for All Blog. Thiery, W., Lange, S., Rogelj, J., Schleussner, C., Gudmundsson, L., Seneviratne, S. I., Andrijevic, M., Frieler, K., Emanuel, K., Geiger, T., Bresch, D. N., Zhao, F., Willner, S. N., Büchner, M., Volkholz, J., Bauer, N., Chang, J., Ciais, P., Dury, M., . . . Wada, Y. (2021). Intergenerational inequities in exposure to climate extremes. Science, 374(6564), 158–160. https://doi.org/10.1126/science.abi7339 UNESCO. (2020a). Education for Sustainable Development. A Roadmap. UNICEF. (2014). Children interviews about climate change. UN Expo. United Nations Climate Change. (n.d.). The Paris Agreement. Vakulchuk, R., & Overland, I. (2024). The failure to decarbonize the global energy education system: Carbon lock-in and stranded skill sets. Energy Research & Social Science, 110, 103446. Van der Land, V., & Hummel, D. (2013). Vulnerability and the Role of Education in Environmentally Induced Migration in Mali and Senegal. Ecology and Society, 18(4). Venegas Marin, S., Schwarz, L., Sabarwal, S. 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ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática | 25 NOTES 1 Red Interinstitucional para la Educación en Situaciones de Emergencia (2024). 2 Basado en material pedagógico estructurado de NewGlobe (2024). 3 Los datos del gasto promedio por estudiante al año se obtuvieron de Education Finance Watch (2023). 4 Dubois y otros (2019). 5 Lee y otros (2015). 6 Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) (2014). 7 Hickel (2020). 8 Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2022). 9 Lee y otros (2015). 10 Angrist y otros (2024). 11 Muttarak y Pothisiri (2013); Pichler y Striessnig (2013); Van der Land y Hummel (2013); Wamsler y otros (2012). 12 Shubhro y otros (2024). 13 Banco Mundial (2022). 14 Maclean y otros (2017). 15 LinkedIn (2022). 16 Angrist y otros (2023). 17 Spindelman (2024). 18 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (s. f.). 19 Instituto de Recursos Mundiales (2023). 20 Dubois y otros (2019). 21 Lee y otros (2015). 22 Agarwal y otros (2024). 23 OIT (2022). 24 Vakulchuk y Overland (2024). 25 Maclean y otros (2017). 26 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (2022). 27 Agarwal y otros (2024). 28 Lee y otros (2015). 29 Angrist y otros (2024). 30 Poushter y Huang (2019). 31 Bell y otros (2021). 32 Angrist y otros (2024). 33 Cordero y otros (2020). 34 Craig y Allen (2015). 35 Psacharopoulos y Patrinos (2018). 36 Muttarak y Pothisiri (2013); Pichler y Striessnig (2013); Van der Land y Hummel (2013); Wamsler y otros (2012). 37 Harada y otros (2023). 38 Lawson y otros (2019). 39 Maddox y otros (2011). 40 Thiery y otros (2021). 41 Perry y otros (2023). 42 Schady y otros (2023). 43 Venegas y otros (2024). 44 Schady y otros (2024). 45 Jerrim y Macmillan (2015). 46 Angrist y otros (2020). 26 | ELEGIR NUESTRO FUTURO: La educación para la acción climática